lunes, 4 de agosto de 2014

Primer día para desterrar el juicio final

     A veces considero que se le echa mucha leña a lo que es la Universidad o la Prepa, pero más que nada por lo que influye emocional y psicológicamente en uno, creo que en cualquiera de ellas dos, hay escondido un infierno helado tal como, alguna vez, lo describió Dante.
     La Universidad,  al menos en la mía, se cimienta en el respeto pero es imposible que dejen de existir, de cierta manera, las jerarquías o relaciones sociales. Hace un año, yo entré con pareja y estaba tan eclipsada que no pude ver lo extraño que resultaba eso. Terminó el primer semestre y también la relación y, por primera vez, vi las fallas del asunto. 
     La escuela resulta ser ese lugar en donde si no sobresales, ella te consume. Lo he sabido de primera estancia. Tanto mi secundaria como la prepa, siempre dejé que me conocieran tal cual, lo enojada que puedo ser, lo competitiva, lo divertida, etc. No importando todo eso,  hubo personas que se enamoraron de mi y personas que terminaron odiándome. En ese momento, eso lo aceptaba y podía seguir con mi vida. 
      Los dos semestres pasados todo fue diferente, no sólo no dejé que los que podrían ser mis amigos me conocieran bien, si no que yo misma no me presenté a mí. Ese fue mi juicio final.
      Ahora hoy,  04 de Agosto del presente año, es otra etapa. Inicio mi tercer semestre en la carrera de Letras, escogí mis primeras optativas y una lengua muerta, soy feliz con esas decisiones y también me alegro por tener la oportunidad de otro comienzo. 
      Tanto estas vacaciones me di la oportunidad de relajarme, pensar y sentirme yo. Entendí que a veces los cambios deben entenderse desde diversas perspectivas, ya no soy la niña segura, arrogante y egocéntrica del bachillerato, pero tampoco soy la débil enamorado de hace un año. Mi personalidad adquirió otros matices, soy una joven que ahora sabe que no está sola; que tambalear no es malo, lo malo es no saber levantarse; que ahora sí sabe cómo le gusta hacer las cosas: que entiende por qué salió de su casa para irse a estudiar muy lejos y qué no importa tanto el que la gente te acepte o no, lo importante es que el amor propio nunca falte.
     Debo admitir que estoy muy emocionada, siempre me ha gustado el primer día de la escuela. Ahora sólo quiero darme la ducha, desayunar e irme con la seguridad de que siempre puede, sólo hay que buscar las formas.   
      Me despido con una canción, el gran lema de heroísmo para acompañarme en l'aventure: 



Allonsy!, Geronimo!

2 comentarios:

  1. Tratar de acomodarse, en lo posible, a todas esas pequeñas inquinas que se cuecen diariamente en los claustros... Un abrazo.

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