viernes, 3 de octubre de 2014

Pensar, vivir, otro mes más...

"A veces no pienso,
me vuelto tan frío y no estoy,
 a veces me ausento de mis pensamientos,
y luego sonrío,
recuerdo y me aferro a vivir..."

Empieza octubre y la facultad ya me está dejando sin vida personal. Nunca pensé que el estudiar te consumiera tanto, pero al final me termina agradando. Octubre es un mes en donde todo puede suceder. Puede ser el mes del amor, de los secretos, de la alegría, de la tristeza, etcétera.
La verdad, es que considero que en estos años que van de mi vida, este mes no me ha regalado un gran hecho biográfico, tal vez,  ya será hora de que estos suceda. 
Septiembre fue muy cansado y agotador. Muchas cosas comenzaron a suceder al mismo tiempo que no supe a dónde dirigir mi mirada; he de suponer que es parte de la vida que en algún momento no sepas a qué hacer caso. Mis relaciones sociales últimamente no han ido de la mejor manera, o al menos de la forma que yo quisiera. Me he enterado de cosas que preferiría evitar saber o pensar pero no se puede, al final uno termina enterándose de todo lo que hay a su alrededor. Las que considero amigas tal vez no lo son. La escuela me está ahorcando. El amor no aparece y sólo queda seguir siendo, o al menos intentarlo, ser yo tal como soy.  (El problema a veces tiende a radicar ahí... A veces uno ni siquiera sabe cómo es).
Dicen que la confianza y la seguridad se va adquiriendo paso a paso con el tiempo... Yo he dejado caminar al tiempo, seguir actuando y rara vez veo resultados. Este ya es otro año. Estos ya son otros meses y yo ya no estoy en la decadencia de los anteriores, pero tampoco afirmo que sea otra del todo. Aún quedan vestigios de aquel desastre, que espero se vayan con el tiempo. Pero así como quedan vestigios mal también hay buenos. Aún queda la risa, el sonrojo y el deseo de los nuevos comienzos, de que todo vuelvo a tener forma y sentido, queda el deseo de sobrevivencia... De que la existencia sea hacia delante y poder mirar atrás con una sonrisa. 
Eso queda aún: la vida misma.
Tal vez por ello, este último mes me sorprendí al verme atrapada en un nuevo juego, que aún no da resultados. El verme de nuevo con los sentimientos a flote. No sé si sea algo bueno o malo, a decir verdad esto no importa más que el hecho de vivirlo. 
Conocer a alguien que de pronto te atrapa, mejor dicho, deja una curiosidad en tu interior. Ese alguien que después de unas pláticas, sonrisas y risas, provoca ronroneos internos. Esa persona que te hace volver a creer en que después de la pérdida y el caos todavía se puede volver a experimentar el sentimiento que hiela al cuerpo y enciende al corazón de las maneras que no creías volver a vivir. Esas personas, esas situaciones son las que valen la pena ser partícipes una y otra vez. Pueda ser que por esta razón siempre seamos víctimas ese ciclo de vida: orden-caos. 

Yo no sé que suceda a partir de mañana, sólo sé que ahorita intento disfrutar y afrontar todo lo que venga.

Yo no sé si este juego se convierta en algo más... Pero esperemos que así sea. 

3 comentarios:

  1. Esta entrada es un canto a la esperanza, a la energía, al optimismo.
    ¡Heeeeeermosa, Nanna! Qué todo prospere, si señorrrrrrrr.

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  2. Y si solo es juego, que valga la pena jugarlo... Un abrazo.

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