jueves, 5 de febrero de 2015

Pequeños cambios de fortuna

Los veinte juegan más a la rueda de la fortuna. Es la conclusión a la que he llegado a lo largo de estas dos semanas. Días que han transcurrido de la manera más absurda, rara y divertida de la que podría esperar, aunque también hubo cosas malas.
    Llegaron los veinte durante la mañana del viernes, disfrutando con mis amigos de esta nueva ciudad… Resultando ser mejor de lo que me imaginaba.  Al día siguiente hubo un giro de fortuna en mi vida material (“objeto” que estuvo poco tiempo conmigo, se fue), del cual ya ni siquiera tiene sentido mencionar. De pronto,  llegó el regreso a clases para sobrevivir a otro semestre en la Universidad.
   La escuela no ha cambiado demasiado a como la dejé en diciembre. Mi grupo sigue siendo el mismo, las personas ya no me exasperan y estoy más confiada a lo que quiero  y me propongo a hacer ahí. Entendí que el salón de clases es un campo de batalla y que el diálogo, en ocasiones, no es la mejor opción. Las materias me atraen más que los meses pasados y, aun así, no encuentro el motor para impulsarme a entrar al juego del estudiante. 
   Tal vez sólo es cuestión de saber estar abajo como arriba… Bueno, al fin al cabo, es la primera impresión de los veinte, ya veremos después.

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