Después de una semana de pre-festejos por mi
cumpleaños, me encuentro aquí, en la otra ciudad que hoy, al fin, logré
sentir como mía. Un año y medio de estar en M., de conocer sus paisajes,
sus costumbres, sus pleitos; puedo decir que más pronto de lo que espero llegará a ser como
un segundo hogar. Por el momento es un hogar en proceso.
Esta última semana, desde la publicación anterior, me he
puesto a reconsiderar muchas cosas sobre lo acontecido en este invierno. Una de
ellas fue mi situación con S., la cual descubrí, tristemente, que no estaba
destinada a ocurrir. Aun creyendo esto, tengo la esperanza de que el algún momento él y yo nos conozcamos bien
y aceptemos al otro por lo que es. Ya sea para la amistad o para el Amor. Porque
si lo hubiésemos hecho desde el principio, nada de esto estaría pasando
ahora. En cambio, habría sucedido algo maravilloso. Aun le
quiero, eso no lo niego pero ya no quiero tenerlo cerca de mí hasta que no
sea el mismo a lado mío.
Otra situación es que estos días me ayudaron a distraerme y
superar esto con mayor facilidad gracias a los diversos pre-festejos que hice
por mi cumpleaños 20. Uno de ellos fue con la familia durante el fin de
semana. Creo que nunca había disfrutado a mi familia como lo hizo durante estas
vacaciones. El salir con ellos a más lugares de mi propio estado y haber
dispuesto todas mis ganas y tiempo a apreciarlos más, ha valido la pena.
Estando esta primera noche sin ellos después de un mes y medio, no siento que
me hagan falta, en cambio los siento más cerca que nunca.
Mi pre-festejo con mis amigos del bachillerato fue otra onda.
El chiste fue ir a un bar y de ahí a la casa de un amigo. Y así fue pero con
otros resultados. Mis mejores amigas, las dos que tienen el mismo nombre, no
pudieron presentarse más que una, que es D., la cual sólo estuvo unas cuantas
horas. Pero igual, me divertí demasiado con los chicos que nunca pensé que
fueran tan queridos por mí. No hace falta dar detalles de cómo se llevó a cabo el
convivio en casa de uno de ellos, sólo diré, que resultó ser totalmente
diferente a lo que alguna vez pensé.
Estando a unas horas de la llegada de mi cumpleaños y de
empezar a creer que veinte años de vida valen la pena, estoy aquí construyendo
hogares para mí.
me gustó la sensación que tenes con tus padres... es placentero....
ResponderEliminar20 años, que lindo momento.... salu2...
Es la mejor sensación y el mejor momento del mundo.
EliminarSaludos.
Quizá conozcas el tango que dice que veinte años no es nada... Pero realmente, son algo. :)
ResponderEliminar¡Besito!
No conozco el tango, querida Veinteava.
EliminarPero lo buscaré.
Tenés razón: son algo, al menos para nosotras.